La trufa de verano es menos conocida que la que se da en invierno, pero no tiene nada que envidiarle. Es llamada también trufa de San Juan y es otra de las joyas culinarias que nos ofrece la naturaleza.
Es recolectada desde el mes de mayo hasta el mes de agosto, aunque en menor cantidad en este último, sus propiedades aromáticas marcan la diferencia y debido a que son menores que las que se encuentran en invierno, la trufa de verano tiene un precio de mercado menor.
Se reconoce porque su superficie o peridio es negro o marrón, el interior es más claro y cuando está madura tiene un aroma un poco dulce con notas a malta tostada y avellana, una auténtica delicia para todos los sentidos.
Una recomendación, venga a Restaurante Alejandro y pruebe la trufa de verano en nuestras elaboraciones, es exquisita.
